LA COMPRA DE PATENTES FARMACÉUTICAS DEL HIV/SIDA POR PARTE DEL GOBIERNO



La Unión Europea firmó un acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (ADPIC) en la Organización Mundial del Comercio (OMC) de la Ronda de Uruguay (1986-1994) con el propósito de someter a normas internacionales comunes a los distintos países del mundo. Las patentes farmacéuticas figuran entre los derechos de propiedad intelectual que el acuerdo pretende proteger. La ley otorga a los creadores, el derecho de impedir que otros utilicen sus invenciones, diseños o demás creaciones y de valerse de ese derecho para negociar la potencial utilización de la propiedad.



En la Declaración Parlamentaria sobre el acceso a medicamentos y otros productos farmacéuticos celebrada recientemente, se dispuso en lo pertinente:

“Recordamos que el acceso a los medicamentos es un elemento fundamental del derecho humano al disfrute del más alto nivel de salud, es básico para salvar vidas, y que así lo han reconocido en repetidas ocasiones los Estados Miembros de las Naciones Unidas, particularmente en el contexto del VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria. Asimismo, recalcamos el hecho de que la Organización Mundial del Comercio acordó en 2001, mediante la Declaración de Doha…que el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) puede y debe ser interpretado y aplicado de manera que apoye el derecho de los miembros de la OMC a proteger la salud pública y, en particular, a promover el acceso a todas las personas a los medicamentos.” [1] Énfasis nuestro.

La Declaración Ministerial de Doha sobre el Acuerdo de la OMC sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio reconoció que “los países en desarrollo con escasa o nula capacidad de producción de medicamentos pueden tener dificultades para hacer un uso efectivo de las licencias obligatorias de patentes en el sector farmacéutico”.[2] Ante el problema, GlaxoSmithKline y Boheringer afirmaron en Sudáfrica su compromiso de conceder licencias voluntarias a fabricantes locales de productos genéricos para producir versiones de sus medicamentos patentados con el fin de reducir los precios; estos licenciatarios estarán autorizados a exportar a cuarenta y siete países sub-saharianos.[3]

Sin embargo, actualmente no han cumplido su compromiso con la población Sub-Africana. Esto lo podemos apreciar sencillamente con los datos, puesto que no existe una diferencia significativa entre las 20.3 millones de personas reportadas con el HIV entre el 2001 y los 22.5 de millones de casos reportados en el año 2009. Asimismo, en el año 2001 se reportó 1.4 millones de muertes relacionadas con el SIDA, mientras que en el 2009, se reportó 1.3 millones. De manera que, estas compañías no han otorgado las esperadas licencias voluntarias con el propósito de desarrollar medicamentos bioequivalentes o genéricos para hacer frente a los problemas de salud pública indicados en la Declaración de Doha. [4] Estos especialmente son el VIH/SIDA, tuberculosis, malaria y otras epidemias.

“La Comisión de Defensa de la Competencia sudafricana consideró en octubre de 2003, ambas empresas eran culpables de abuso de posición de dominio al gravar excesivamente los precios de estos medicamentos y, gracias a las licencias voluntarias, evitan la sanción administrativa que de otro modo les hubiera sido impuesta.”[5]

Es evidente que el llamado surge de la gran preocupación de los países ante la incidencia y perseverancia del VIH/SIDA como el incremento de los casos epidémicos y letales, pues el reporte global de HIV/SIDA,[6] mencionó que existen 33.3 millones de personas adultas y niños que viven con el HIV y existen 1.8 millones de muertes asociadas al virus del sida. De los cuales, existen 22.5 millones de casos reportados en Sub-Saharan Africa y 1.3 millones de personas de ese mismo lugar, mueren. Conflicto que se agrava ante el excesivo costo de los medicamentos y ante la ausencia de medidas eficaces para proveer a las comunidades más afectadas, medicamentos bioequivalentes o genéricos con el propósito de salvar sus vidas. 

Afortunadamente, el costo de la terapia por día de antirretroviral es más económico debido a la eficiencia del medicamento y de los servicios. Por lo que, podemos concluir que el excesivo costo de los medicamentos está principalmente ligado a las investigaciones científicas.

“The median price of the most commonly prescribed regimen for adults has dropped to around US$ 0.17 per day. Prevention costs have also declined. Stopping a single case of infection among infants now costs a mere US$ 5 compared with thousands of dollars a few years ago. The cost of condoms has also declined to as low as US$ 0.04 per unit.”[7]

Ante el alarmante problema de incidencia y perseverancia del VIH/SIDA, el economista de la Universidad de Harvard Michael Kremer sostiene que, sería particularmente apropiado que el gobierno o una acaudalada organización sin fines de lucro, adquieran las patentes farmacéuticas y le conceda los derechos al público. Kremer estipula que los titulares de las patentes ofrezcan sus derechos en una subasta para saber el costo de sus patentas, puesto que la venta pública al mejor postor de los derechos del nuevo medicamento establecerá una buena estimación de su verdadero valor.

“Las compras de las patentes serían costosas, pero los ahorros para los consumidores de los productos farmacéuticos serían aún más grandes. Y, como el gobierno es un comprador importante de los mismos a través del Medicaid y del Medicare, una porción del precio de la compra retornaría al mismo mediante ahorros directos de costos.”[8]

Continúa el autor mencionando que, el gobierno podría pagar por la investigación inicial y hacer todos los descubrimientos y patentes totalmente públicos. De hecho, el gobierno de Estados Unidos de América gasta 30 mil millones de dólares al año financiando investigación biomédica a través del Instituto Nacional de Salud (NIH). Esta es una cantidad tan grande como la que la industria farmacéutica sostiene que invierte en su propia investigación. “When we sweep away ideology, we see that it is a debate between two regulatory strategies for keeping drug prices down.”[9]

Los medicamentos que están disponibles como genéricos no se diferencian químicamente de sus contrapartidas de marca, que suelen venderse por cientos de dólares cada receta. Según afirma Dean Baker, si los medicamentos se vendieran en un libre mercado o sea sin la protección de las patentes, la inmensa mayoría de ellos se venderían por solo unos dólares. En lo pertinente dispone que:

“…the over whelming majority of drugs would sell for just a few dollars per prescription. Wal-Mart and other major drug store chains now sell most generic drugs for less than $10 per prescription—we know these drugs can be manufactured safely and sold profitably...The only difference is that the latter, as a group, enjoys a government-guaranteed monopoly. Patents constitute a government policy that effectively raises drug prices by several thousand percent above the free market price.”[10]

El propósito es que los científicos puedan rápidamente aprovechar las investigaciones de otros, pues en el caso de la protección de las patentes, las disputas suelen aparecer en relación a la prescripción de medicamentos y a la tardía presentación de los medicamentos bioequivalentes o genéricos, por disposición expresa de la ley.

“Las compras de las patentes reducirían los precios de los productos farmacéuticos en un 60 al 70 por ciento debido a que en vez de tener que esperar una década o más para que la patente expire, los fabricantes de medicamentos genéricos podrían comenzar inmediatamente a vender los nuevos fármacos en un mercado competitivo.” [11]

Por otro lado, la ONU SIDA, ha hecho un llamado a las diferentes naciones para aporten a la organización mundial conforme a las personas afectadas en su país por el virus de HIV/SIDA y su ingreso nacional. La organización toma esta determinación debido a que existen países económicamente estables que tiene una alta población de personas infectadas con el virus y sin embargo hacen una baja aportación. Por lo que, estas naciones se benefician en gran medida de las grandes aportaciones que hacen las demás regiones del mundo, sin tener necesidad económica para ello. La UNAIDS Estados Unidos de América es el país que más dinero aporta para fines de tratamiento e investigación, pues de un total de 7.6 billones de dólares, E.U. aporta 4.4 billones de dólares. El siguiente país que mayor aportación realiza es United Kingdom con una cantidad de 779 millones de dólares. [12]

La salud y la vida es un derecho que existe para todos los seres humanos con independencia de las constituciones y tratados internacionales. En aras de proteger estos derechos inalienables, el gobierno debe buscar medidas costo efectivas para perseguir este bien. Si bien es cierto que históricamente ha existido el derecho patrimonial intelectual, debe este hacer un balance para cuando la vida de las personas está en juego. Entiendo que no es prudente exigirle a todas las compañías farmacéuticas que ofrezcan sus patentas, luego de que estas asumen un costo billonario. Sin embargo, la venta de estas patentas al gobierno resulta razonable cuando existen enfermedades altamente contagiosas, rápidas y letales como lo es el virus del HIV. Esto con propósito de que las personas afectadas gocen de una mayor calidad de vida y que la alta incidencia de muertes relacionadas al sida disminuya, pues al disminuir considerablemente el costo del tratamiento se puede atacar el virus en sus mutaciones tempranas.





[1] DECLARACIÓN PARLAMENTARIA SOBRE EL ACCESO A MEDICAMENTOS Y OTROS PRODUCTOS FARMACÉUTICOS. Foro de Asociados del Fondo Mundial en Sao Paulo, Brasil el 27 de junio de 2011.

[2] García Castrillón, Carmen Otero, supra., pág. 96.

[3] García Castrillón, Carmen Otero, supra., pág. 104

[4] García Castrillón, Carmen Otero, pág. 98.

[5] García Castrillón, Carmen Otero, pág. 104.

[6] Unaids Global Report (2010). Epidemic update, pag. 21

[7] Unaids Global Report (2010). HIV investments, pág. 155.

[8]Tabarrok, Alexander T. (2002). Dos brillantes ideas para reducir los precios de los medicamentos. The Independent Institute. Recuperado el 15 de julio de 201. Traducido por Gabriel Gasave.

[9] Baker, Dean, supra.

[10] Baker, Dean (2009). Free Market Myth. Regulation is everywhere. Let’s choose who benefits.

[11] Tabarrok, Alexander T. (2002).

[12] UNAIDS, supra. HIV Investment, pág. 150.

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